Vivir en una megaurbe en latinoamérica, es una opción que se asocia a mejores oportunidades, acceso a servicios, sin embargo hay otra visión de ese escenario y que sigue en crecimiento.
¿Elección obligada?
En las series de televisión y la cultura popular, irse a la ciudad, es tener mejores oportunidades, y esto aunque tiene su cuota de realidad, las ahora grandes urbes, generalmente las capitales, reunen los espacios para generar plazas de trabajo mejor remuneradas, servicios, transporte y modernidad, lo cual va generando una concentración y un desbalance en contraste con otras zonas de los países. Esto hace que las personas quieran vivir más concentrados en estos espacios, donde «hay de todo» y esto da la impresión de desarrollo y comodidad.
El Hacinamiento
El hacinamiento no es solo un problema de metros cuadrados: es un multiplicador de vulnerabilidades. Barrios informales y viviendas sobreocupadas facilitan la transmisión de enfermedades respiratorias, agravan problemas de salud mental y complican el acceso a servicios básicos. La pandemia mostró cómo la densidad y la precariedad en la vivienda se correlacionan con mayor mortalidad y con desigualdad en la exposición al riesgo. Estudios en grandes ciudades latinoamericanas han documentado que las comunas con mayor hacinamiento registran peores indicadores de mortalidad y menos resiliencia ante crisis sanitarias.
Mega urbes en Latinoamérica
En 2025, aproximadamente 23 millones de personas vivían en el área metropolitana de São Paulo, lo que la convierte en la más grande de América Latina y el Caribe y la sexta más poblada del mundo. El estado homónimo de São Paulo también fue la entidad federativa más poblada del país. El segundo lugar para la región fue la Ciudad de México con 22,75 millones de habitantes.
Statista.com
Salud y dinámica de desarrollo
Frente a esto, hacen falta políticas de vivienda digna, mejor planificación urbana, sistemas de transporte que alivien la presión residencial y programas sociales que reduzcan la sobreocupación. El reto es transformar crecimiento urbano en oportunidades de salud pública, no en factores de riesgo estructural.
El tema del hacinamiento debiera ser abordado como un punto transversal y de mitigación de futuras situaciones problemáticas en diversos aspectos sociales, culturales, económicos de salud y de seguridad alimentaria entre otros.
Toma de decisiones
Frente a este panorama, la planificación, los datos, el mapa de riesgos y la administración del crecimiento en balance con la salud y el medio ambiente pasan a jugar un rol, no sólo relevante como urgente, en aras de la prevención, el lógico progreso, y la garantía de la calidad de vida en estas y otras urbes en crecimiento.