En latinoamérica el tema de ciencia sigue siendo un tema no tan común para las masas, desde los medios tradicionales o digitales de comunicación, por tanto este tema sigue siendo un foco parpadeante y pendiente por tener mejores y más grandes espacios.
¿Por qué comunicar la ciencia?
El conocimiento es liberador y permite que las personas tengan un mejor panorama de cómo interactuar con el mundo que les rodea, por tanto, acercar este esfuerzo a la población es un derecho y una dinámica que debe ser potenciada desde diversos sectores.
Obstáculos
Si de barreras hablamos, podemos enumerar distintas situaciones que en la región aún impiden que el tema tenga su espacio grande, permanente y en constante renovación como otros temas que sí gozan de esta amplitud y entre los ostáculos podemos mencionar:
- Ausencia de interés genuino desde las instituciones o autoridades para darle un enfoque permanente.
- Círculos cerrados y excluyentes que cierran las puertas a nuevas personas que emergen como impulsores de la comunicación científica.
- Falta de capacitación o acceso a especializarse en comunicar la ciencia.
- Desinterés desde la misma comunidad académica por acercar sus investigaciones en lenguaje comprensible a la sociedad.
¿Qué hacer?
Este tema da para mucha, muchísima reflexión y sobre todo , algo que quizás no les gusta o no practican alguna cúpulas hegemónicas de la academia: la autocrítica , sí, la capacidad de reconocer que se han acomodado en eventos esporádicos, círculos de mismas personas, exlcusión de nuevos actores que puedan comunicar con mayor dinamismo los procesos científicos. Por tanto el ejercicio de abrir la mente, la actitud y los espacios para escuchar, impulsar y apoyar propuestas, sería un inicio ideal para reducir esa brecha,particularmente en el Sur global,que no puede o debe, darse el lujo, de cerrar espacios a genuinas iniciativas de comunicación de la ciencia.
Cuidado
Es comprensible en algunos espacios el «temor» de abrirse para apoyar a nuevas propuestas, pero este temor se puede diluir fácilmente, si las personas que proponen nuevos espacios, se apegan a la dinámica clara de la comunicación científica, han demostrado un genuino interés y no hay contaminación de alguna ideología o agenda de interés particular o institucional ,si esto es así; porqué no apoyar las voces emergentes, de todas manera si se elimina cualquier atisbo de doble discurso y se agrega la autocrítica incisiva y omnidireccional, el cuidado de la comunicación y su proceso de renovación puede dar un salto cualitativo, de por sí muy necesario en la región.
Si hay iniciativas que aunque les hayan cerrado puertas, siguen firmes en su proceso por acercar realmente a los sectores populares la ciencia, y lo hacen con rigor, organización y entusiasmo, ha llegado el momento de volver la atención a estas voces emergentes y criticar o autocriticar a quiénes se opongan desde su privilegio o posible actitud hegemónica, a una nueva etapa con voces y talentos nuevos, pues esto constituye una dinámica que la requiere mucho latinoamérica, especialmente, si estas iniciativas vienen empujando con ímpetu desde los países con rezago en esta área, pues si quiénes obstaculizan a las voces emergentes hablan de inclusión por un lado. pero cierran puertas por otra, se está frente a un escenario con veteranas voces con doble discurso, que la comunicación de la ciencia, debe señalar, sin dejarse intimidar o desanimar en proseguir por su camino de renovación y búsqueda de posicionamiento para conseguir su cometido de llegar a la audiencia que requiere del universal derecho a la información científica.