Una dieta rica en alimentos frescos y naturales es una de las estrategias más poderosas contra enfermedades crónicas. Pero en Latinoamérica, aún predomina el consumo de ultraprocesados. ¿Cuestión de hábitos o de acceso a alimentos más saludables?
El poder de lo natural
Estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirman que el consumo regular de frutas y verduras reduce en un 31% el riesgo de cardiopatías y en un 19% el de cáncer gastrointestinal. Sin embargo, el consumo promedio en la región está por debajo de los 400 gramos diarios recomendados.
Comida rápida
La modernización de las dietas ha traído consigo un aumento en el consumo de gaseosas, frituras y harinas refinadas. En ciudades latinoamericanas, es común que sea más barato comprar una gaseosa que una botella de agua o un jugo natural. Este fenómeno tiene consecuencias graves: incremento de obesidad infantil, diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares en edades cada vez más tempranas.
Ciertamente la vida actual conlleva un estilo de rápido y a seguir, y en ese afán la alimentación ha sufrido un cambio de abordaje para vivir y su relación con la salud, lo cual las estadísticas de las organizaciones de la salud lo avalan.
Rescatar lo local
La solución no necesariamente requiere costosos programas de salud pública. Experiencias en El Salvador, Ecuador y Bolivia demuestran que recuperar la tradición de huertos familiares y mercados campesinos mejora la dieta y la economía local. Iniciativas escolares de alimentación saludable también han logrado aumentar el consumo de frutas y vegetales en niños.
Comer color, vivir mejor
El mensaje es sencillo: un plato lleno de colores vegetales es un escudo contra la enfermedad. Invertir en frutas y verduras no es un gasto, es una forma de medicina preventiva. La salud pública latinoamericana se beneficiaría enormemente si el consumo de estos alimentos se volviera un hábito cultural y no solo una recomendación médica.
Cuestión de elección
La información es poder de decisión y esto de la mano con el acceso a poder elegir lo que sea saludable, nutritivo también pasa por la educación al respecto, el conocimiento de qué debemos y porqué hace una gran diferencia, a comer para sobrevivir y continuar, lo cual conlleva un cambio de paradigmas e ideas al respecto.
Un tema transversal
Abordar el tema de la amimentación es hablar de acceso, de calidad, de sustentabilidad de los recursos y de la salud que se ve afectada directamente por lo que se consume, no se trata de crear alarmismo o estigmatizar , sino de acceder al conocimiento de esta acción necesaria para vivir y tomar decisiones basadas en evidencia para acercarse a un bienestar continuo en la salud.