«La conciencia medioambiental surge de un enfoque holístico, donde los seres humanos perciben su interdependencia con los ecosistemas y esta comprensión lleva a comportamientos que preservan el equilibrio natural«, una contundente frase de Fritjof Capra, que nos hace replantear hoy, porqué es importante abordar la conciencia del medioambiente en tiempos cada vez más difíciles.
La educación es la llave que abre muchas puertas en la vida, con ella se puede comprender mejor y de manera estructurada el universo, la educación permite tener herramientas y habilidades sociales, laborales, técnicas y culturales, para desenvolverse en las relaciones interpersonales.
¿Por qué es importante?
El tema medioambiental no es una moda, no es un movimiento pasajero, es una urgente necesidad hacia la cuál se debe virar la atención, porque de ahí desprende la calidad de vida actual y la venidera.
La alimentación, calidad del aire, calidad de los suelos, la administración del agua, la resiliencia frente a los fenómenos meteorológicos, pasa por el entendimiento y la comprensión de una acción aparentemente tan sencilla, como no botar basura en un río y todo el impacto que estamos evitando al hacerlo, pero para dar este paso falta una pieza por promover de manera masiva, estructurada, continua e intensa: La Conciencia Medioambiental.
Y no, no se habla de hacer campañas para llenar un requisito de la responsabilidad social de una institución o empresa, es ir más allá es una comprensión a conciencia de que este planeta no es de una persona, es de todos y la relación no es independiente sino interdependiente, es decir lo que uno hace afecta de una u otra forma , directa o indirectamente a los demás.
¿Quiénes son los responsables?
La academia, desde sus niveles básicos hasta los posgrados urge de incorporar este aspecto más que como materia, como una filosofía del profesional, las autoridades electas por vía democrática también urgen de dar un viraje en la forma en que administran los recursos y cómo forman a su población, los medios de comunicación masivos tradicionales y/o digitales deberían sumarse no a «la semana» o «el día» del medioambiente, sino a una conciencia medioambiental como estilo de vida y filosofía de manera masiva, continua y basada en el conocimiento científico.
Las campañas de conciencia son geniales y necesarias, pero deben trascender a mensajes permanentes a filosofías y estilos de vida, el sumar en la educación ambiental es tarea de todos, y no es una frase trillada, pues en realidad sí es tarea de todos los ciudadanos del mundo.
Hablar de cuidar los mantos acuíferos no debería ser un tema solo de un mes y de una visita a un río o lago, debería ser la conversación en casa, para no botar el agua mientras alguien se lava las manos o se cepilla los dientes, porque la comprensión y la educación inician ahí, en casa. El tema del reciclaje, de separar la basura, de no maltratar la fauna y la flora, debería ser una charla continua en cada hogar, infuencia y reforzado por los agentes externos de la sociedad.
Después de todo, la conciencia medioambiental merece también hacerla viral y … un estilo de vida permanente, por el bien del planeta, por el bien de quienes leen este artículo y lo compartirán, porque ya empezó a calar el mensaje y no, no por «moda» o por «fecha D», sino por conciencia.